Japón es un país distinguido mundialmente por sus geishas, valientes  samuráis, cantidad infinita de aparatos electrónicos, coches de sorprendente calidad y grupos de sonrientes turistas que llegan al lugar para esgrimir  sin tregua sus cámaras otográficas, llevándose en ellas innumerables imágenes de este impresionante lugar.

Japón es una mixtura de energías y paisajes. Con una gran cantidad de matices, que hacen único  este destino  convirtiéndolo  en uno de los más visitados del mundo.

Tokio, sin dudas,  es el principal destino turístico de Japón. Sus primordiales atracciones son el resultado de una mezcla  de cultura, sociedad y política, cualidades que conceden a esta ciudad un carácter propio y especial para cualquier visitante, un destino inolvidable. Ofrece a los visitantes una exquisita y única  gastronomía, la cual posee un largo pasado culinario que se ha desarrollado en una gastronomía sofisticada, refinada y especializada para cada estación. Japón es  también un país donde la religión está muy presente, muchas de sus atracciones turísticas son los maravillosos  monumentos de índole religiosa, altares y santuarios.

El impresionante tren bala que en cierto modo hace las veces de túnel del tiempo, para llegar a la antigua Kioto y recorrer sus barrios peatonales con callejones secretos y tejados de estilo tradicional.

Se hallan más de mil templos, entre los que resaltan Kiyomizu-dera, que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la espectacular Sanjūsangen-dō y sus más de 1000 estatuas de Buda, el célebre pabellón dorado, que volvió loco a un monje en la novela homónima de Yukio Mishima.

Igualmente es un país fascinante que, pese a sus grandes avances tecnológicos, guarda con mucho cuidado su cultura, tradiciones, valores y costumbres.